La Cerámica de Capodimonte: Un Tesoro de la Artesanía Napolitana

En el corazón de Nápoles, la tierra del Vesubio, Carlos III de Borbón, el soberano del Reino de las dos Sicilias, fundó la Real Fábrica de Capodimonte en el año de 1743, Inspirado por las tradiciones cerámicas de Francia y Alemania, Carlos buscaba crear una porcelana con características propias distintiva del reino, que añadiera un prestigio a la artesanía local y compitiera con las piezas creadas en otras ciudades. Esta fue la razón principal por la cual la Fábrica se asentó en el Palacio Real, pues no solo facilitaba la producción al encontrarse en el centro de la cuidad, sino que también añadía un simbolismo monárquico a esta iniciativa artística.

Palacio Real de Capodimonte, Napolés, Italia

Gracias a la calidad de los materiales y la maestría de sus artesanos, la porcelana de Capodimonte se convirtió en un referente mundial, apreciada por su calidad y la atención al detalle. Las piezas suelen presentar decoraciones exquisitas y minuciosas, con motivos florales, figuras mitológicas y escenas de la vida cotidiana que capturan la esencia de la cultura napolitana en esos días. Su proceso de fabricación, que incluye técnicas de modelado a mano y una cocción especial, da como resultado una porcelana resistente y delicada, que evoca la opulencia del arte barroco y rococó.

En la actualidad muchos diseños han permanecido fieles a las tradiciones del siglo XVIII, manteniendo el uso de motivos florales y figuras tridimensionales que confieren ann cada pieza un carácter único. Sin embargo, los artesanos contemporáneos también han incorporado estilos modernos, adaptando esta cerámica a las demandas del diseño de interiores actual, sin perder su esencia artesanal.

Antonio Fullin Mollica, Artesano.

Este legado ha convertido a la porcelana de Capodimonte en un símbolo de la herencia cultural napolitana, su perdurable atractivo y la habilidad de adaptarse tanto a entornos clásicos como modernos refuerzan su valor en el mundo del diseño, donde continúa siendo una de las glorias indiscutibles del patrimonio histórico italiano.